Aunque cogí la
dirección opuesta en busca de un sitio donde dormir. Justo en frente, en la
calle de tierra paralela esta el Oasist Tourist, en el que había leído que
algún otro viajero había estado. Así que rechazando la oferta que me hacía un
tuk-tuk de 1500 LKR en otro alojamiento me encaminé hacia allí. Cuando me
acerqué a la casa me salió al paso una abuelita que resulto ser la que lleva el
alojamiento y un encanto de persona.
Foto de Google |
Mientras me llevaba a una habitación me fije en que la casa tenía muchos años…y lo confirmé en la habitación. Ninguna ventana tenía cristal, algunas solo se tapaban con una cortina y la que daba a mi cama con una contraventana. Pero bueno, eso en principio no tenía por qué ser un impedimento…Me la ofreció por 1000 LKR y yo le propuse quedarme dos noches por 800 LKR cada una. Aceptó.
No fue hasta más
tarde, cuando estuve un rato en la habitación y me fije mejor (estaba bastante oscura) que me di cuenta de que había llegado el momento de
enfrentarme a uno de mis temores antes de venir a este viaje: los bichos. Había
telarañas y arañas tanto en la habitación como en el baño (aquí también hormigas) y éste estaba medio
inundado. Bueno…comprobé que al menos las arañas fuesen de esas que se están
quietas por días porque si no…
Antes de ponerme
más nerviosa decidí ir a visitar el Templo de oro. Y la primera impresión, al
pie de la montaña no fue muy buena con ese edificio salido de no se donde y un gigantesco buda dorado
encima.
Pero mi objetivo
eran las cuevas que estaban más arriba, después de incontables escaleras y
acompañada de otros turistas (por fin veo un buen número), monos y un calor que
hizo que llegase arriba empapada. Me guardaron el calzado en la entrada (25
LKR, no me di cuenta de que había que pagar hasta que los fui a recoger) y ¡a
por ello!
En total son 5
cuevas pero vistas las dos primeras vistas todas. Así que igual es mejor
empezar por el fondo, para ir sorprendiéndose cada vez más. Aún así mereció la
pena el esfuerzo de subir hasta allí. Nunca había visto un lugar así.
En la primera cueva
hay un gran buda tumbado de lado y tanto las paredes como el techo están
pintados con escenas de la vida de Buda.
La segunda cueva es
la más grande de todas y en ella hay un montón de budas a parte de los techos y
paredes también pintados. Aquí se nota mucho más
como la roca bajo la cual está el templo (la cueva) le da forma al techo.
De vuelta en el
alojamiento llegó la primera tormenta de mi estancia en Sri Lanka, lo que se
tradujo en goteras y preocupación por mi parte por si se inundase mi
habitación. La dueña vino en seguida y me dijo que estaría mejor en el salón.
Allí pasé el resto del día ya que la tormenta no se digno a parar. Fui la única
huésped.
En el salón había
una foto en blanco y negro muy bonita de la casera con su marido por la época
en que se casaron. Tenía 19 años. También tiene dos fotos del día en que se
casaron dos de sus hijos. Encontré en la mesa unos álbumes de fotos y pidiendo
permiso me puse a ojearlos pero en seguida se sentó a mi lado y empezó a
explicarme cada foto. Todas ellas las habían mandado los turistas que se
habían alojado aquí desde al menos los últimos 30 años! Tenía un montón de ellas y la
verdad es que pase un rato muy agradable.
INFORMACIÓN ÚTIL
- Cambio: 1€ = 179,46 LKR
- Bus Mihintale-Dambulla (1 hora y media): 120
LKR
- Entrada Templo de Oro: 1500 LKR (actualmente 1550 LKR)
- Alojamiento: Oasis Tourist
- Localización: en frente del Templo de Oro, en la calle de tierra paralela a la principal.
- Habitación triple con baño privado, mosquitera y ventilador: 800 LKR
- Comentarios: la dueña es un encanto y realmente te sientes a gusto con ella pero me parece que las habitaciones tendrían que estar más cuidadas. Demasiado insecto. Hay más alojamientos en la misma calle hacia el sur.
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