Amritsar es de los mejores
recuerdos que tengo hasta ahora del viaje. Y no solo por lo especial del templo
dorado y la actividad que hay a su alrededor que es increíble, también porque
no pude estar mejor acompañada durante los tres días que pase allí.
Dejé mi alojamiento en Mcleod
Ganj a las 3:30 de la mañana para poder coger un bus, el único que hay directo
a Amritsar, 3 km cuesta abajo en Dharamsala a las 5. En realidad no fue muy
duro, solo el instante de salir bajo el edredón.
Cinco horas y media más tarde
llegué a Amritsar y me fui directamente al complejo del Templo dorado.
Cuando estuve en Delhi comenté
que visité dos templos de una religión llamada sijismo. Pues el templo dorado
de Amritsar es el lugar más sagrado que tiene.
El sijismo tiene unos 25 millones
de fieles en todo el mundo y la mayoría se encuentran en la India donde
representa aproximadamente el 2% de la población del país. Creen en un único
Dios y en las enseñanzas de los diez gurús del sijismo que están recogidas en
su libro sagrado. En todos los templos sijs (al menos los tres que yo he
visitado) hay dentro tres sijs sentados, tocando un instrumento cada
uno y cantando a través de unos micrófonos que propagan sus himnos a todo el
recinto. Estos cantos apenas se interrumpen a veces durante unos segundos
durante 16 horas seguidas al día. Es una música bastante agradable.
Esta foto es en uno de los templos de Delhi |
A los hombres sijs se les suele
distinguir bien porque llevan siempre un turbante en la cabeza. Aunque para
entrar al recinto del templo dorado tanto hombres como mujeres tienen que
taparse el pelo y para ello ofrecen gratuitamente en las entradas pañuelos naranjas. Y como suele siendo habitual, también hay que descalzarse y guardar
el calzado en un sitio habilitado para ello en las entradas.
Cola para entrar a la pasarela que lleva al templo |
Y qué decir del templo dorado. Es
precioso. Esta situado en medio de un estanque que está conectado a tierra a
través de una pasarela.
Pero lo que hace este lugar
realmente especial es que ofrecen alojamiento y comida gratis (aunque las
donaciones son más que bienvenidas y merecidas) y que para ello, absolutamente
todo, como la manutención del templo, la preparación de las comidas,
limpieza…se realiza por sijs voluntarios. Hay que vivirlo. Sobre todo lo de ir
al comedor a comer.
La actividad es frenética y los
domingos ya ni os cuento. No paran de dar comida en todo el día, al menos desde
las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche, lo que yo he podido comprobar. Lo
tienen todo muy bien organizado.
Cuando llegas al edificio del
comedor, a la izquierda hay un espacio donde te entregan un cuenco y puedes
tomar chai (té con especias y leche), el mejor que he probado aquí, con un toque dulce. A la hora del desayuno
también suelen entregar alguna tostada o dulce allí.
¿Quien quiere chai? |
A la derecha está el espacio
donde los voluntarios preparan la comida (todo vegetariano) pelando cebollas,
ajos, patatas, zanahorias, vainas…y todo el mundo es bienvenido para ayudar. Yo
un día estuve pelando ajos y otro día cortando zanahorias y allí están tanto
mujeres como hombres e incluso muy jóvenes a veces. No tienes que estar un
determinado tiempo. Tú llegas, te sientas, ayudas y cuando te parece te vas y
ya llegará otro. La actividad no para.
Voluntarios pelando ajos y vainas |
A la derecha también está el
espacio donde lavan todos los platos y cubiertos y del que no para de salir
ruido con el entrechocar de todos los recipientes metálicos.
Si te diriges directamente al
edificio, en el pasillo te entregan como un gran plato dividido en varios
huecos, un cuenco y una cuchara. Con ello entras en la gran sala que utilizan
como comedor (si está llena, vas a la del piso de arriba), te sientas en fila
en una de las alfombras que hay y dejas tu plato en el suelo enfrente de ti.
Entonces varios sijs irán pasando con cubos, con comida diferente, de
los que te van llenando cada hueco de tu plato.
Tanto en el desayuno, comida y
cena sirven prácticamente la misma comida: chapati (un tipo de pan), dal
(lentejas), como arroz con leche dulce o arroz amarillo dulce y a veces como
verdura con salsa. Un par de veces también dieron una mandarina. Y agua. Y
puedes repetir todas las veces que quieras ya que los voluntarios con los cubos
no dejan de pasar ofreciendo. Y al igual que el chai, la comida esta buenísima.
La calidad de la foto no es muy buena. Esta hecha con el móvil. |
Cuando se acaba y se vacía la
sala, limpian el suelo rápidamente y entra el siguiente grupo de gente. En el
camino de salida dejas la cuchara en un gran balde y el plato se lo entregas a
una fila de voluntarios que se lo van pasando uno a otro y si hay mucho
ajetreo, al final acaba volando el plato hasta que lo coge otro voluntario que
qué arte que tiene para coger todos y colocarlos a toda máquina en un gran
recipiente. Luego pasas por la parte de los grifos de agua para limpiarte y
ale, a otra cosa mariposa.
Increíble.
El fin de semana, sobretodo el
domingo, hay mucha más gente y la parte del comedor se convierte en una locura
pero no colapsa.
Y por otra parte está el
alojamiento del templo. Una pequeña ala de uno de los edificios del templo está
dedicada a alojar a los turistas extranjeros gratuitamente por un máximo de 3
días. Consiste en un dormitorio compartido y luego hay unas 5 habitaciones
triples, tres de las cuales dan al dormitorio. En el dormitorio hay una
habitación que tiene lavabo y ducha. Para utilizar el retrete hay que cruzar el
patio, donde por la noche duermen a la intemperie con mantas decenas de fieles,
y utilizar los baños comunes.
Cuando llegué, el sij responsable
del dormitorio me llevó a una habitación triple y allí conocí a las que serían
mis dos compañeras de viaje durante mi estancia en Amritsar: Carmen y Mayte.
Carmen, una mexicana de unos 65 años y Mayte una madrileña de 33. Ambas se
habían conocido hacía 10 días y estaban viajando juntas desde entonces. Tengo
que decir que fue una compañía inmejorable. No pude estar más a gusto.
El complejo también tiene un museo
con cuadros dedicado a los sijs y aunque me pareció interesante algunos de los
cuadros me parecieron un poco violentos/sangrientos.
No hay que perderse el templo
tampoco de noche. Imprescindible.
Otra de las visitas que se suelen
hacer estando en Amritsar es la de ir a la frontera, Wagah, con Pakistan, a
unos 30 km de Amritsar. Allí todos los atardeceres hay como un espectáculo de
media hora entre los soldados pakistaníes y los indios.
El show, porque es lo que fue,
empezaba a las 4:30pm y nosotras decidimos ir en un taxi prepago y compartido
(la parte de atrás de una camioneta) que salió al as 3pm y se puede contratar en una caseta saliendo del recinto del templo. Aparte de que el
viaje fue bastante horrible por el tráfico, llegó allí a las 4:15pm y todavía
teníamos que andar 1 km hasta el sitio de la ceremonia. Así que cuando
llegamos, después de pasar un control (no se puede meter ningún tipo de bolsa o
mochila ni comida. Solo la cámara, dinero y botella de agua) ya había empezado
el espectáculo y estaba todo abarrotado. Nos tuvimos que quedar abajo y aunque
Mayte consiguió subirse a un alto, Carmen y yo no pudimos ver prácticamente nada,
rodeadas como estábamos de gente más alta. Por suerte, los soldados indios que
hacían el show empezaban desde en frente nuestra y al menos pudimos medio
ver como partían de ahí hacia la línea que hace de frontera. Lo que hacían era
poner cara de brutos (los soldados indios eran altísimos. ¿De dónde han
salido??) y hacer unos pasos militares igual de exagerados e ir rápidamente hacia
la verja que hace de frontera. Al parecer los soldados pakistaníes hacían lo
mismo y una vez allí más movimientos. Eso no pude verlo. Y todo eso mientras
los espectadores indios vitoreaban a los suyos e igualmente en el lado pakistaní,
más vacío.
Al fondo Pakistan |
En mi opinión no mereció la pena.
Amritsar no tiene mucho más. Me
quede sin ver el “Jardín de Jallianwala”, que estaba muy cerca del templo, por
pura pereza. Allí hay un memorial de la matanza que hubo en 1919. Tropas
británicas mataron a unos 1800 indios de diferentes religiones y desarmados que
protestaban contra reglas inglesas.
Me sorprendió encontrarme en esta
ciudad con que la mayoría de los locales a los que me dirigí tenían un ingles
bastante nulo y no así en el resto de lugares que he visitado hasta ahora en la
India.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! ¡Hoy hago dos meses viajando!
INFORMACIÓN ÚTIL
- Cambio: 1€ = 83’53 INR
- Bus Dharamsala-Amritsar (5h y 30 min): 219 INR
- Taxi compartido Amritsar-frontera Pakistan-Amritsar: 100 +
10 (autopista) + 10 (tasas) = 120 INR
- Alojamiento: Recinto del Templo Dorado
- Dirección: es uno de los edificios justo fuera del recinto del templo. Cualquier sij de la zona te indicará donde está. Desde la estación de tren hay un bus gratuito al templo.
- Habitación triple/compartida con baño común: gratis/donación
- Comentarios: es bastante básico pero está bien y hay taquillas que necesita tu propio candado. No hay almohadas. Hay agua filtrada en el pasillo. Siempre hay algún sij haciendo guardia en la entrada y entran en tu habitación sin avisar cuando estas dentro. Son bastante curiosos. Hay un baño con ducha (agua caliente) y lavabo pero para utilizar el retrete hay que cruzar el patio. Suelen estar decentes aunque al final del día la limpieza bueno…los utilizan todos los fieles.
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