Levantandonos a las 6 de la
mañana, cogimos un tren a las 7:15 que en algo más de 5 horas nos dejo en
Ajmer. Moritz, el alemán, se iba ese día a Bundi pero Appy también quería ir a
Pushkar así que ahí seguimos los dos el viaje juntos.
Appy no es como los demás indios
que me he encontrado hasta ahora. No me quería vender algo o me veía como algo
“exótico” como me suele ocurrir normalmente. Simplemente era un viajero más que
quería conocer un poco más su país antes de volar a Tailandia en enero. Tampoco
es normal ver a un indio viajando solo lo cual me sorprendió bastante. Y se
notaba que venía de una familia de al menos clase media, minoría en India. Así
que a pesar de ser indio, lo vi como un viajero “extranjero” más y no tuve que
mantenerme alerta esperando ver cuál era su intención realmente o sentirme como
un extraterrestre, lo cual se agradece. Además, fue muy buena compañía, se convirtió en un amigo y pude
conocer un poco más sobre la cultura del país.
Una vez en Ajmer tuvimos que
coger un bus hasta Pushkar, a unos 10 km de la ciudad. Por primera vez en mi
viaje los billetes se compraban fuera del bus en una caseta aunque por lo que
vi luego también se podían comprar dentro, como siempre.
Pushkar es un pequeño pueblo
sagrado para los habitantes de toda India. Y gira alrededor de un pequeño lago
rodeado de templos y ghats. La zona turística son unas pocas calles llenas de
tiendas de ropa, todo dirigido al turista. En realidad Pushkar no tiene mucho
para hacer o ver pero hasta ahora es donde más tiempo he pasado en la India. La
pareja irlandesa que conocí en Jaisalmer me había dicho que odiaban esta ciudad
pero una vez más, como me paso en Delhi, todo es subjetivo y a mí me pareció un
lugar muy agradable y estuve muy a gusto, retrasando mí partida dos días de mi
idea inicial. Aquí fue también donde pasé la Navidad.
El día que llegamos subimos hasta
el templo de “Papmochani” para ver la puesta de sol con el lago y la
ciudad al fondo. Muy bonita aunque los primeros días la niebla insistió en
hacer acto de presencia todo el tiempo, sobre todo por la mañana. Luego, ya de
noche, recorrimos las calles llenas de tiendas y visitamos el templo de Brahma,
el único templo dedicado al dios Brahma del mundo. Pero en realidad no me
pareció que tuviese nada especial. No puedes entrar con calzado o con cámara y
aprovechando eso, a los pies del templo están al acecho varios locales que han
montado taquillas en sus tiendas o en la calle queriendo hacer negocio. Los
primeros que nos llevaron a una taquilla nos pedían 50 INR por taquilla, a cada
uno. Luego Appy encontró a una señora que nos lo guardaba por 10 INR a él y 20
INR a mi…incluso para eso hacen distinciones entre los indios y los
extranjeros…De todos modos diría que si no llevas la cámara, puedes subir
directamente al templo y dejar el calzado en la puerta sin tener que guardarlo
pagando.
Al día siguiente subimos al templo
de Savitri, la esposa del dios Brahma. El templo está situado justo en la
cima de una montaña aislada, que se ve desde la ciudad, y un montón de
escaleras y medio-escaleras llevan hasta él. El templo no es nada del otro
mundo pero el paseíllo y las vistas están muy bien aunque con la niebla…Por el
camino conocimos a Rita, una italiana medio francesa de sesenta y pico años y
los tres juntos subimos hasta arriba y bajamos.
Esa noche Appy siguió su camino
hacia Goa donde le esperaba un festival de tres días.
Al día siguiente, Nochebuena, a
falta de alguien que me hiciese un regalito me autoregalé un pantalón (250 INR
pero estoy segura de que se puede conseguir por 150 INR. Voy aprendiendo…) y
forme grupo con mis compañeros de habitación para pasar la Nochebuena y los
siguientes días. Ahí estábamos yo, dos catalanes, un australiano, un
ecuatoriano y a veces también un coreano y otra pareja española. Aunque con los
que más tiempo compartí fue con la pareja catalana.
En la India no se celebra la
Navidad. Solo en Goa, en unas playas del sur donde al parecer hay más
extranjeros que indios y muchos viajeros van en estas fechas. Aun así los
restaurantes/alojamientos a veces organizan algo. Nosotros no hicimos nada
especial aunque para mí estar en buena compañía, en un día de un poco de
morriña, era más que suficiente. Dimos vueltas y vueltas en medio del frío con
las calles casi desiertas hasta que decidimos donde cenar: en “Shiva juice
Centre cafe & Restaurant”, en frente del popular “Out of the Blue” (muy
bueno su manchurian vegetal con arroz pero es un sitio carillo). A este pequeño
restaurante, con cocineros muy majos, fuimos varias veces a comer. Tenían unos rollitos
vegetarianos y un pure de patata buenísimos! Y el crepe de chocolate y plátano
al parecer tampoco se quedaba atrás. Me quede con las ganas. Luego un chai
alrededor de una fogata en la calle y para el alojamiento.
El día de Navidad cogí un bus y
me acerqué hasta Ajmer. Allí compré un nuevo cargador para el móvil (me robaron
el mío), recargué la tarjeta sim india, compre billetes de tren y visité el templo
jainista de “Sony Si Ki Nasiya”.
Esperaba encontrarme un templo
parecido a los que había visto hasta el momento pero la verdad es que me
sorprendió bastante, y para bien, encontrarme en su interior una maqueta dorada
y gigante del periodo Mahabharat. Se
puede ver en dos pisos desde cristales. Y junto a ellos hay escritas historias
de los manuscritos jainistas relacionados con la maqueta.
De vuelta en Pushkar, por
supuesto no hay que perderse el lago. Estuvimos un par de veces en la
puesta de sol y es muy bonito. Un día también me acerqué por la mañana y solo
había hombres locales bañándose. Ninguna mujer a la vista…me sentía fuera de
lugar así que tan pronto llegué y saque cuatro fotos me fui. Si se quiere
entrar al lago desde la calle principal de tiendas hay que descalzarse pero si se
entra por la calle al este del lago se puede estar en los escalones sin
descalzarse.
Resumiendo, en Pushkar estuve muy
a gusto. Tanto por la tranquilidad del lugar como por la compañía que tuve,
además de que comí muy bien!
INFORMACIÓN ÚTIL
- Cambio: 1€ = 83’58 INR
- Tren Jodhpur-Ajmer (clase
“sleeper”, 5 horas y 30 min): 105 INR
- Bus Ajmer-Pushkar: 10-12 INR
- Taquilla templo de Brahma : 20 INR
- Templo jainista de "Sony Ji Ki Nasiya" en Ajmer: 10 INR (+ propina al que guarda el calzado)
- Alojamiento: Milkman Guesthouse
- Dirección: Mali Mohalla, Pushkar. Esta muy bien situado, cerca de la estación de bus pero no es fácil de encontrar porque la calle no aparece en Google Maps. Cuando llegamos a la estación de bus les llamamos por teléfono y un trabajador del guesthouse nos vino a buscar en moto. Nos buscó un rickshaw y nos llevo hasta el alojamiento. Nos pago el rickshaw.
- Cama en habitación compartida (7 camas) con ventilador y wifi: 100 INR
- Teléfono: (0091)1452773452 / (0091)9828355245
- Web: www.hotelmilkman.com
- Email: vinodmilkman@hotmail.com/vinomilkman@hotmail.com/booking@hotelmilkman.com
- Comentarios: muy bien por ese precio. La habitación está en la azotea (buenas vistas aunque no del lago), junto al jardín, y es un espacio abierto respecto a las escaleras. Así que cualquiera que suba al jardín ve toda la habitación. Pero bueno, para mí no era un problema. La habitación es muy colorida y luminosa y muy fría si hace frío fuera. Hay dos taquillas debajo de cada cama, excepto en dos que no tienen. Los dos baños están en el jardín, con agua caliente y están en buenas condiciones aunque a veces no muy limpios. El wifi bien si funcionaba, a veces no. Nos pasaba que igual funcionaba en el portátil pero en el móvil no aunque viese la red. Obligatorio que te gusten las ardillas porque corretean por la habitación y el tejado. Hay un par de tortugas grandes también entre la habitación y el jardín. De las tres veces que comí en el restaurante, en dos me pareció que la comida estaba sosa. Precios razonables para Pushkar. Los trabajadores son amables. PERO deje un día el cargador de mi móvil en la habitación (mientras los demás tenían mil cosas encima de las camas y todas seguían allí. Menos mal que no se llevaron el cargador del portátil) y alguien me lo robo…
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