Bandipur

Después de despedirme de Valerio y de Appy que dejaban Pokhara a la mañana siguiente de la vuelta del trekking, me quede dos días más en la ciudad. El objetivo era descansar y recuperarme porque debido a unas heridas en un pie y las agujetas, andar no se me hacía fácil. Y eso hice. Lo malo es que entré en una espiral de pereza de la que no conseguí salir el resto del viaje. Quizás también porque ya se me hizo muy real que en dos semanas se acababa esta aventura.

Al tercer día me obligué a ponerme en marcha otra vez y puse rumbo a Bandipur, una pequeña aldea entre Pokhara y Kathmandu.

Bandipur desde Thani Mai

Al llegar a la estación de bus de Pokhara empezó una competición a ver qué revisor conseguía llevarme en su bus. Me fui al que me ofreció el precio más bajo claramente pero como tardaba en salir fui a preguntar a la taquilla (que los revisores me habían dicho que no existía) y para mi sorpresa me pidió más de lo que iba a pagar. Deduje que esa diferencia se debía a la reserva del asiento que hacen en taquilla. Pagando directamente al revisor no tenía garantizado un asiento pero por suerte nadie me echó de donde me senté. Aún así me pregunto si no hubiese sido más cómodo ir de pie. Las dos horas que duró el viaje fueron una tortura. No había espacio suficiente para las piernas y además, debido a ello, el ocupante junto a mí acaparaba mi reducido hueco. Finalmente llegué a Dumbre y allí tome otro bus hasta Bandipur.

Calle principal

Bandipur es una aldea newar, el sexto grupo étnico con más habitantes de Nepal. Debido a su difícil acceso hasta no hace muchos años, ha conservado la arquitectura de sus edificios. No voy a negar que su calle principal es digna de ver pero me esperaba más en general, tanto del pueblo como del paisaje. Aunque me pareció un buen lugar para relajarse.

Andando a unas dos horas se pueden hacer diferentes visitas como a las aldeas de Ramkot y Jhaargaun o a la cueva de Siddha. No hice ninguna. Intenté ir a Ramkot pero a unos minutos de empezar me di cuenta de que realmente no me apetecía y me quede las siguientes dos horas debajo de un árbol con Bandipur al fondo.

Al bajar me encontré con una gran procesión de gente local vestidos para la ocasión y música. Y es que el 14 de abril se celebraba el nuevo año nepalí (para ellos el año 2071) y estaban ya de celebración desde unos días antes.

Una vez que pasó y saque tropecientas fotos fui a Tundikhel. Es como un campo abierto a cinco minutos del centro de la aldea, desde el cual se puede ver al fondo el Himalaya y abajo el valle de Marsyangdi. Eso si el día lo permite y aunque hacía sol había una bruma que casi no dejaba ver ni el valle. Pero si que pude ver cómo estaban montando una feria con escenario, puestos de comida, barracas, música…

Al día siguiente hubo más procesiones y entretenimientos. Lo bueno de mi alojamiento era que estaba en la calle principal y gracias a ello podía ver bien desde la ventana de mi habitación muchas de las celebraciones. Aunque los cables que cruzaban la calle me estropeasen las fotos…

Haciendo una Puja (ofrenda)

¿Preparando pujas?

En “Nochevieja” montaron un escenario bajo mi ventana y la noche estuvo animadísima con unos jóvenes locales haciendo coreografías de canciones y luego tocando un grupo. Me recordó a las verbenas de mi pueblo.

El día de Año Nuevo colocaron a la diosa Bindhebasini en una especie de pequeño palanquín, la pasearon por el pueblo y finalmente volvió a terminar dentro del bonito templo de Bindhebasini. Aparte de este templo, cerca están también el de Khadga Devi y el de Mahalaxmi.

Templo de Bindhebasini

La diosa Bindhebasini en su "Palanquín"

INFORMACIÓN ÚTIL

- Cambio: 1€ = 131’87 NPR

- Bus Lake Side-estación de bus local de Pokhara: 20 NPR

- Bus Pokhara-Dumbre (2 horas y 10 min): 150 NPR

- Bus Dumbre–Bandipur (30 min): 35 NPR

- Alojamiento: Jhingu Guesthouse

• Dirección: está al final de la calle principal y más vistosa de Bandipur. En frente del hotel The Old Inn

• Habitación triple sin ventilador y sin wifi: 300 NPR

• Comentarios: es la casa particular de un matrimonio bastante agradable que ofrece creo que eran cuatro habitaciones (una de ellas era individual pero estaba ocupada). La casa es muy antigua, no está rehabilitada. Hay que tener cuidado con los marcos de las puertas porque tienen poca altura y te puedes llevar un buen recordatorio. La habitación también tiene ese aire antiguo pero a mí me gustaba. El baño está en una terraza, cruzando la cocina. Es bastante pequeño y de la manguera de la ducha no salía casi agua y aunque se supone que había agua caliente yo no conseguí que saliese. Aunque no tiene wifi, la mayoría de los restaurantes de la calle principal si que tienen.