domingo, 9 de febrero de 2014

Bangkok

En Bangkok pasé un total de seis días y medio y aún así no me dio tiempo a ver todo lo que tenía pensado. También es verdad que me lo tomé con bastante tranquilidad.

Bangkok es una ciudad que atrapa en seguida. Bien organizada, fácil de moverse por ella, limpia, lugareños tranquilos y amables, buena comida y por todas partes, mercados y centros comerciales para comprar hasta hartarte muy barato, templos…

Aunque el primer día que pasé allí antes de ir a la isla de Koh Tao no fue muy allá debido al cansancio de no haber dormido prácticamente nada la noche anterior por el vuelo de madrugada y a que…me timaron. Si, aunque me olía a chamusquina decidí confiar en un una mujer local que me dijo por la calle que ese día era especial y que un tuk-tuk por solo 20 baht, en vez de por 200 baht, me hacía un tour por tres sitios que ese día eran gratis. Es verdad que no pagué en ninguno de los tres sitios, pero dos de ellos son gratis siempre. Y en cuando el tuk-tuk consiguió el bale de gasolina gratis por llevarme a una oficina de turismo a preguntar algo me dejo tirada y cuando salí de un templo ya no estaba. No le había pagado todavía. Supongo que le salía más rentable el bale de gasolina que 20 baht, apenas medio euro. ¡Bienvenida a Tailandia! Pero la verdad es que en el resto del viaje no me volvió a pasar nada parecido y sin problemas.

Para relajarte o leer un rato hay algún que otro parque. El más conocido seguramente sea el de Lumphini, un gran parque con varios laguitos aunque cuando yo fui estaba lleno de tiendas de campañas de los manifestantes. A mí me gustó mucho más el pequeño parque de Santichai Prakan a tan solo cinco minutos andando de Khao San Road y junto al rio de Chao Praya. Como curiosidad, a las 6pm todos los días suena el himno nacional y hay que ponerse de pie mientras suena. No sé si pasa lo mismo en otros puntos de la ciudad.


Para ver la danza tradicional tailandesa sin pagar un solo baht parece que lo mejor es ir al Santuario de Erawan (Erawan Shrine). Es un santuario hindú al aire libre donde hay una estatua de Phra Phrom, la representación tailandesa del dios hindú Brahma. Aquí un grupo de  mujeres locales bailan danzas tradicionales después de que sean contratadas por fieles que han visto sus plegarias contestadas. Es muy curioso. Hay una lista de precios de la danza, cuanto más bailarinas tomen parte más hay que pagar. Los fieles que las han contratado (casi continuamente) se ponen de rodillas rezando y mirando a la estatua de Phra Phrom mientras ellas bailan detrás durante un par de minutos o menos.


Y por supuesto, no me olvido de la famosa calle de Khao San Road. Aquí y en sus alrededores es donde la mayoría de los viajeros se alojan. Es la principal calle turística. Durante el día no tiene mucho movimiento pero durante la noche se llena de puestos de comida, de ropa, colores, gente tomando algo en las terrazas y lugares para darte un masaje tailandes. Aunque a mí me gustaba más la calle paralela de Rambuttri que poco tiene que envidiar a Khao San.

Khao San Road

Tampoco me olvido de los mercados y centros comerciales.

De camino a Bangkok desde Kanchanaburi pare en el mercado flotante de Damnoen Saduak. Como me imaginaba, cargar con la mochila resultó ser muy incomodo y apenas estuve allí una hora pero mereció la pena. Este mercado son una serie de canales donde los lugareños venden su mercancía en canoas aunque es tan turístico que está lleno de tiendas en las orillas del canal también. Muy fotogénico. Se me queda pendiente para una mejor hecha segunda visita.



Por suerte pude estar en Bangkok al menos la tarde del domingo dentro del fin de semana. Y no tuve duda en que quería ver: el mercado de Chatuchak de los fines de semana. Situado en el norte de Bangkok se puede llegar en el bus número 3 desde la zona de Khao San. Este mercado es probablemente el más famoso de la ciudad. Es bastante grande y tiene incluso su propio mapa impreso. Se puede encontrar tanto comida como ropa y accesorios. Yo, como de costumbre, me fije más en la comida que en la ropa pero incluso a mí, que no me gusta ir de compras (ropa), me dieron ganas de venir en el futuro exclusivamente a Bangkok con la maleta vacía para llenarla aquí.


Respecto a los centros comerciales visité tres: Terminal 21, Siam Paragon y MBK.

Terminal 21 ya merece la pena solo por su decoración que la verdad fue lo único en lo que me fije y ni idea de los precios. Entrando ya impresiona su larga escalera mecánica de 36 metros pero lo que hace diferente a este centro comercial es que cada planta está decorada basada en ciudades mundialmente conocidas como Roma, Paris, Tokyo, Londres, Estambul o San Francisco. Así, por ejemplo, en la planta de Londres se pueden encontrar la típica cabina o autobús rojo de dos pisos y en la de San Francisco su famoso puente rojo de Golden Gate.


El centro comercial de Siam Paragon es enorme y está compuesto de varios edificios. Yo solo entre a uno y fue un poco una tortura porque la planta baja, nada más entrar, está llena de restaurantes y escaparates de comida de varios países. La planta de arriba es bastante elegante con tiendas como Chanel, Valentino, Dolce & Gabbana…Me sentí bastante fuera de lugar con mis pintas de mochilera (y sin pinta de mochilera…).

Y por último, el MBK que probablemente sea el más conocido de cara al turista. Aquí se venden imitaciones a buenos precios supuestamente. A mí no me gustó mucho.

Lo que nadie puede dejar de visitar estando aquí es el Gran Palacio de Bangkok. En realidad, es un complejo de edificios que fue residencia oficial del rey de Tailandia entre el siglo XVIII y el siglo XX. La primera vista realmente impresiona. Es muy bonito. Estaba tan atontada mirando todo menos el suelo que sin ver el escalón empecé a andar y me caí casi de morros…en Tailandia, no solo en la India, también es importante mirar al suelo!


Lo más destacado dentro del complejo es el templo Wat Phra Kaew donde está el Buda de Esmeralda (Tailandia es un país budista como Sri Lanka). Es el principal icono religioso del pueblo Tailandes. Al entrar al templo sorprende ver lo pequeño que es el buda, unos 45 cm, del que solo se ve el rostro verde porque el resto esta ataviado de oro sobre una grandísima plataforma igual de suntuosa.

Otros edificios dentro del complejo son una estupa dorada, otros templos, oficinas del gobierno, jardines, una maqueta del famoso templo de Angkor Wat en Camboya, el Panteón Real, Chakri Maha Prasat Hall en la Zona de Recepción que en su día fue donde vivía el Rey, etc…

Pero si algo no falta en Bangkok son templos. Los que visité:

Wat Arun o el Templo del Amanecer es de los más conocidos. Yo me contenté con verlo en la puesta de sol en la otra orilla del río. Muy bonito. La próxima vez me acercaré.


Wat Intharawihan tiene un enorme buda dorado al aire libre.


Wat Pho es otro templo muy popular. En su interior hay un enorme buda reclinado de 46 metros de largo y 15 de alto. Impresiona. En la parte trasera del buda hay decenas de recipientes en una fila contra la pared. Por creo que eran 20 baht puedes coger un cuenco con monedas e ir echando una en cada recipiente. Este gesto representa la tradición budista de repartir limosna.


Wat Saket o Monte Dorado es un templo situado en lo alto de una pequeña colina desde el que se tiene unas buenas vistas de la ciudad. Unos 318 escalones en espiral llevan hasta arriba.

Wat Suthat no es tan popular como los anteriores pero merece la pena visitarlo. Fue el primer templo real de Tailandia. En su interior hay un gran buda de ocho metros y unos murales muy bonitos.


Wat Ratchanatdaram es diferente a todos los demás tanto por fuera como por dentro.  Realmente me gustó y lo visitan muy pocos turistas. A través de una escalera de caracol en el medio del templo se accede a los diferentes niveles hasta la azotea desde donde se puede ver parte de Bangkok. El interior es un “laberinto” con unos cuantos pasillos.


Wat Tri Thotsathep fue uno de los templos que me llevo el tuk-tuk del primer día y el primero que vi por dentro. Quizás por eso me sorprendió tanto, sobretodo sus paredes pintadas. Fui yo la única visitante durante el tiempo que estuve allí lo que me lleva a pensar que no suele entrar en el itinerario de los turistas.

En Bangkok también asistí a una clase de introducción a la meditación. Realmente nunca me ha llamado la atención la meditación o el yoga. Pero ya antes de empezar este viaje una amiga me hablo bastante por primera vez sobre ello y una vez en la India tanto locales como otros viajeros me contaron sobre ello. India es un país muy espiritual. Así que cuando leí sobre una clase gratuita de introducción a la meditación en Bangkok, pensé “¿Por qué no?”. Así aparecí en el centro internacional de meditación budista en el templo de Wat Mahathat, al lado del Gran Palacio. Hay clases todos los días a las 7am, 1pm y 6pm y duran dos horas. Una donación al final es bienvenida. Fui a la clase de la 1pm ya que los otros dos horarios me invitaban mucho a dormirme…Junto con un viajero finlandés fuimos los únicos que asistimos a esa hora. Uno de los monjes nos preguntó al llegar si habíamos comido y ante nuestras respuestas vacilantes nos llevó al a cocina del centro y nos invitó a coger lo que quisiésemos. Incluso no contento con lo que nos echamos en el plato, él mismo nos echó más. Veinte minutos más tarde de la hora oficial empezamos la clase en una habitación del sótano teniendo de profesor a un nombre cuyo nombre me resulta imposible recordar.

En dos horas no es que se pueda hacer mucho pero fue interesante. Después de introducirnos al mundo de la meditación, nos quedamos solos en la habitación y nos pasamos 25 minutos andando, de la forma que nos explicó, de un lado a otro de la sala y después otros 30 minutos sentados con las piernas cruzadas, los ojos cerrados, sin apoyar la espalda y tratando de no pensar en nada o como mucho en tu respiración, pero es difícil cuando te empieza a doler la espalda…

Después de Bangkok me he encontrado con más viajeros interesados en este mundo y cada vez siento más curiosidad.

El último día visité los demás sitios que venían incluidos en la entrada del Gran Palacio pero que están en otra parte de la ciudad.

Uno de ellos fue el Salón del Trono Ananta Samakhom. En su momento fue un salón de recepciones dentro del complejo del Palacio Dusit pero hoy en día es un museo. Las mujeres solo podemos entrar con falda larga o al menos que te tapen las rodillas. No valen pantalones largos que es lo que yo llevaba, así que me hicieron comprar un Sarong allí mismo por 50 baht. Hay que dejar la mochila junto con la cámara y el móvil en una taquilla. Tampoco se puede entrar con calzado.


El edificio por fuera es bastante bonito y diferente a lo que vas a ver en el país. De estilo europeo. La decoración del interior también impresiona. La exhibición ya no me gustó tanto. Se exponen tronos, maquetas de barcos reales, palanquines…todo de oro y la verdad es para verlo pero cuando escuchaba las explicaciones (audioguía gratis en ingles) y oía que la mayoría de esos objetos se habían construido apenas hace un par de años para conmemorar el no sé qué del Rey y de la Reina de Tailandia…no podía evitar indignarme. Que hoy en día en un país democrático como Tailandia se permita construir ese tipo de objetos, que no me puedo ni imaginar lo que habrán valido, para honrar a los reyes…pues no me parece ni medio normal. Aunque tengo que admitir que ese dia lo tenia un poco cruzado y que los paneles de madera tallada me gustaron mucho. En la planta de abajo se exponen, entre otras cosas, cuadros con imágenes (animales, personas, paisajes…) hechas con hilos de seda y me encantó. Especialmente me dieron ganas de llevarme uno de los cuadros con colores rosados donde aparecía una mujer de perfil. Precioso.

Muy cerca de este edificio también se puede visitar con la entrada del Gran Palacio la mansión de Vimanmek. Fue un palacio real y es el mayor edificio del mundo construido de madera de teca. Realmente me gusto con toda esa madera. Tuvo que ser un sitio muy acogedor y agradable para vivir.


En cuanto al transporte hay casi de todo: tuk-tuk, taxi, skytrain (BTS), metro (MRT), autobuses urbanos, Chao Phraya Express Boat por el río principal, Saen Saep Express Boat por el canal…¡Incluso bici!

Mi favorito fue sin duda el barco express por el canal de Saen Saep. Debido a una manifestación en contra del actual gobierno no pude coger el bus de vuelta y una mujer local muy amablemente me llevó hasta el muelle donde podía coger este barco o barca mejor dicho. Los revisores cobran bordeando la barca agarrados a una cuerda y hay unas cortinas que los propios viajeros suben (y hay que bajar en las paradas para que pueda salir y entrar la gente) para que no entre el agua aunque alguna vez lo llega a sobrepasar. Y no pierden el tiempo. Una vez era la única viajera en bajar en una parada (y nadie subía) y una revisora me hizo saltar sin llegar a parar del todo la barca.


El skytrain, que es como un metro a nivel, también funciona muy bien. 

Aunque lo más barato para moverse, y lo más conveniente en la zona turística de Khao San Road, sin duda es el autobús pero a la vez es el transporte que más tiempo necesita. Tan baratos que de doce que cogí solo tuve que pagar seis. Y aunque fui y volví al aeropuerto en bus, no tengo ni idea de lo que vale el billete exactamente. Pero todo tiene su explicación. El inteligente del cajero automático del aeropuerto me dio solo billetes de 1000 baht y la revisora del bus que cogí al centro no tenía cambio así que no me cobró. En la vuelta al aeropuerto, una mujer local que iba también en el bus pagó mi billete sin que me diese cuenta. Amabilidad tailandesa…Y luego, debido a una decisión del gobierno hace pocos años, hay algunos autobuses en los que no hay revisor y por tanto son gratis aunque no pude llegar a saber cómo distinguirlos pero tuve la suerte de coger varios de ellos o quizás es que hay bastantes. Lo malo de los buses es que a veces no hacen toda la ruta (creo que ponen un cartel rojo en frente con el destino final aunque nunca me fijaba…) y me quede tirada un par de veces a medio camino.

Otro medio de transporte gratuito que ofrece la ciudad es la bicicleta con “Bangkok Smiles Bikes”. En el parque de Santichai Prakan hay uno de sus puestos con bicis. Tan solo hay que enseñar el pasaporte y ya tienes una bici para moverte hasta que cierren ese día.

Y en Bangkok se terminó mi paso por Tailandia. El norte del país se me queda para la próxima vez.



INFORMACIÓN ÚTIL

- Cambio: 1€ = 43’2 baht

- Bus Kanchanaburi-BangPae a las 5:45am (2 horas): 40 baht

- Bus 78 BangPae-Mercado flotante de Damnoen Saduak” (30 min): 22 baht

- Bus 78 Damnoen Saduak-estación de bus sur Bangkok (2’5 horas): 73 baht

- Entrada templo “Wat Suthat”: 20 baht

- Entrada templo “Wat Ratcha Natdaram”: 20 baht

- Entrada Gran Palacio: 500 baht

- Entrada templo “Wat Pho” (con botella de agua incluida): 100 baht

- Taquilla “Mansion Vimanmek”: 20 baht

- Alojamiento: Clean & Calm Guesthouse
  • Dirección: Samsen 3 Alley. Al lado de “The River Guest House” en Google Maps. A unos 10 minutos andando de Khao San Road. Buena zona, muy tranquila.
  • Habitación individual con ventilador y baño compartido: 120 baht
  • Comentarios: no es para tirar cohetes pero por ese precio y en Bangkok no se puede pedir mucho más. Yo estaba a gusto. La habitación es una cama dura con una estantería y un ventilador. Las ventanas no tienen cristal como tal así que se oye todo. Hay unos cuantos baños. Podrían estar mejor pero bueno. El dueño tiene como mascota un gato blanco muy mimoso. Hay un fregadero común con vasos, platos, cubiertos y un calentador de agua. Hay sobres de café gratis que si no están ahí le puedes pedir al dueño. Una mañana compartió su desayuno conmigo: arroz blanco con pescado. En el pasillo de la entrada hay sillas y normalmente por las tardes/noches se juntan viajeros para hablar. No admiten reservas con antelacion. 







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