Cuando el Rocket llegó a Hularhat
un policia que había estado en el puente de mando me ayudo a encontrar un
tuk-tuk hasta Pirojpur donde podría coger un bus a Bagerhat. Después de que el
policía hablase con el conductor me dijo que no le pagase más de 100 tk. En
realidad mi idea era ir en un tuk-tuk compartido si es que era posible y así se
lo intenté hacer saber al conductor pero su ingles no pasaba de los números. Cuando
le pregunté cuanto costaba me dijo que 150 tk! Lo intentó pero no coló.
Bandera de Bangladesh |
Una vez en el bus y esperando a
que partiese, un estudiante local, después de pedirme permiso, se sentó a mi
lado y me dijo que iba a coger un bus directo a Khulna pero que cuando me vio
decidió ir conmigo hasta Bagerhat y hacerme de guía. Una vez más no me daban
mucha opción pero esta vez estaba cansada y la verdad, me apetecía ir a mi
aire.
En verdad fue amable y no me dejo
pagar nada pero era un poco mandón, tenía paciencia cero, tenía prisa todo el
rato y parecía que tampoco tenía muchas ganas de hablar o saber sobre mí. No sé
donde estaba para él entonces la gracia de estar conmigo. ¿La simple compañía
de una extranjera?
Una vez llegamos a Bagerhat, cogimos
un rickshaw hasta “Mazhar Khan Jahan Ali” o la tumba/mausoleo de Khan Jahan Ali.
Este hombre fue un gobernante local en Bagerhat y Rahul, mi acompañante, me explico que
supuestamente construyó tanto ese lugar como el gran estanque, Thakur Dighi, que
había en frente, carreteras y ciudades de la zona en tan solo una noche o un día,
no lo recuerdo bien. Realmente tanto da. Ambas posibilidades son igual de increíbles.
Yendo por un camino, entre el
mausoleo y el estanque, que va hacia el oeste, se llega enseguida a una zona
del estanque donde vive un gran cocodrilo que se ha convertido en una atracción
turística.
Cuando llegamos se veía la gran
cabeza del animal que salía del agua entre plantas. Estaba totalmente inmóvil pero
un local se acercó, le acarició el morro como si nada y al poco el cocodrilo
hizo un movimiento tan brusco con la cabeza abriendo las fauces que me pego un
susto enorme. No tardo en hundirse en el agua y desaparecer. Al parecer hasta
el año 2011 había dos cocodrilos. Ese año murió uno aunque no antes de que los
dos matasen a una local que fue a bañarse al estanque como averigüé más tarde
en Internet…
De allí fuimos en otro rickshaw
hasta “Shat Gombuj Masjid” o la Mezquita de los Sesenta Pilares, Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco junto con el monasterio de Paharpur. Pero estando en
la entrada, viendo que había que pagar, que estaba cansada, con las mochilas,
que con la impaciencia de Rahul no iba a estar realmente a gusto visitando el
lugar y que había leído (y visto en imágenes) que la mezquita tampoco es que
fuese muy impresionante…decidí al final no entrar y me contenté con verla desde
la distancia.
Foto de Internet |
Finalmente, después de una
especie de camión pequeño y un bus, llegamos a Khulna. Pensaba que aquí Rahul
ya se despediría de mí e iría al encuentro de su amigo ya que a eso iba a la
ciudad. Pero no, buscó un tuk-tuk y me dijo que subiese y cuando le pregunté
que a dónde íbamos, me contestó a que a un hotel. Y aunque me subí ya me estaba
empezando a mosquear. Ya me estaba cansando de que decidiese él todo sin
consultarme pero no sabía bien cómo pararle los pies y que no pensase que era
una desagradecida. Aún así, no dije nada y fuimos al hotel que a él le pareció. Pero
después de ver un par de habitaciones por un precio más alto que el que quería
pagar, finalmente me planté, agradecí a Rahul su ayuda y le dije que prefería
ver los hoteles que yo tenía apuntados y que no hacía falta que me acompañase.
Creo que al principió se quedó un poco sorprendido pero cuando vio que ahí nos separábamos
me cogió la mano y me soltó unas palabras sentidas de despedida que todavía hoy
cuando lo recuerdo me sigo quedando un poco perpleja.
Un rickshaw se me acercó
enseguida y sin acordar el precio antes me llevó al hotel que él eligió entre
la lista que le enseñé. Normalmente siempre acuerdo el precio antes pero esta
vez no fue el caso. Y después de lo que pasó a la hora de pagar, no he vuelto a
optar por esa opción.
Cuando el hotel estaba a 100
metros de distancia, la carretera estaba cortada y no podía pasar. A pesar de
que le dije que me bajaba ahí y hacía andando lo que faltaba, prefirió dar toda
la vuelta a la manzana con el rickshaw y dejarme en la puerta. Cogió mi mochila
grande y la llevó rápido escaleras arriba hasta recepción. Estaba claro que
conocía el lugar. La habitación que me enseñó el dueño no valía lo que me pedía
así que decidí ir a ver otro hotel cerca. Cuando le dije al conductor del
rickshaw que no me quedaba se le borró la sonrisa (falsa) e intentó convencerme
de que me quedase mientras intercambiaba con el dueño una mirada y unas
palabras que junto con sus otras reacciones me dejo claro que este bangladeshí
no entraba en la burbuja en la que había englobado a la mayoría de los
bangladeshíes y que no iba a ser justo con el precio del trayecto en rickshaw.
No tiene nada que ver con el rickshaw |
Una vez en la calle le pregunté
cuanto tenía que pagarle y me contestó que 200 tk. Para que os hagáis una idea:
el trayecto entre Hularhat, el puerto donde me dejó el Rocket, y Pirojpur, el
pueblo donde cogí el bus a Bagerhat, son unos 6 km y fueron 100 tk en tuk-tuk
(futurista). El trayecto en rickshaw (bici) hasta el hotel fueron unos 2’5 km y
me pidió 200 tk. El tuk-tuk es de por sí más caro que el rickshaw porque va a
motor.
Así que por supuesto, me negué a
pagar esa cantidad. Lo bajó a 150 tk pero le dije que no le iba a pagar más de
100 tk y ni siquiera eso. A todo esto, un grupo de locales curiosos nos había
rodeado y uno de ellos debió de preguntar al conductor qué pasaba y le debió de
parecer tan injusto que se puso a gritarle perdiendo totalmente las formas y el
conductor le contesto también con algún grito pero enseguida se quedo en
silencio mientras el otro seguía gritándole. Yo era la primera indignada aunque
la reacción del local que había salido en mi defensa (así lo vi yo) me parecía
desmesurada e intenté tranquilizarle pero con poco éxito así que finalmente,
queriendo desaparecer de allí cuanto antes, le di al conductor 80 tk (que
pienso que sigue siendo más de lo realmente valía el viaje) que casi ni miro y
me fui de allí.
Agradecí la sonrisa sincera y
amabilidad del dueño del hotel en el que me acabé quedando y también que me
dijese directamente el precio que según la lonely planet valía la habitación y
que no tuviese que regatear para conseguirlo como decía la guía.
Khulna no tiene ningún atractivo,
a parte de sus habitantes claro. De hecho la ciudad no me gustó nada. Al menos, el último día que
pasé en Bangladesh y que fue aquí coincidió con la celebración del Día de la
Independencia, 26 de marzo, y debido a ello había ambiente en algunas zonas de
la ciudad y locales vestidos con los colores de la bandera.
INFORMACIÓN ÚTIL
- Cambio: 1€ = 107 tk
- Tuk-tuk Hularhat-Pirojpur: 100 tk
- Bus Pirojpur-Bagerhat: 40 tk
- Entrada Mezquita de los Sesenta
Pilares en Bagerhat: 200 tk
- Alojamiento: Hotel society
- Dirección: helatala road.
- Habitación individual con ventilador, mosquitera y baño privado: 150 tk
- Comentarios: habitación acorde con el precio. Paredes sucias y sabanas que algún día serían blancas. Sobre el baño, el retrete es de agujero, no hay lavabo (hay uno en el pasillo) y esquinas que no saben que es una escoba. A pesar de todo, bien. No había cucarachas, algo que no me hubiese extrañado en caso contrario.
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